Las Clínicas Jurídicas se constituyen en espacios que desarrollan la investigación, el litigio estratégico y la enseñanza alternativa del derecho, pero además de ello, una de sus funciones más importantes es la de impactar el entorno. La enseñanza clínica del derecho propende por reformular no solo la escisión entre teoría y praxis, sino también por solidificar el vínculo academia – realidad, para lograr una visión global de lo sociojurídico a través de la comprensión de los otros saberes que guían el hacer en el mundo. En este sentido, la relación de los estudiantes con los problemas de su comunidad tiene un alto poder emancipador porque los libera de la mirada reduccionista y los prepara para las coyunturas políticas; al tiempo, recuerda a la academia la necesidad de un aprendizaje del derecho que contemple las ausencias y emergencias del presente y descrea de las prácticas epistemológicas tradicionales portadoras de lo que denominó Boaventura de Sousa Santos como un pensamiento abismal que impone una excesiva segmentación de los conocimientos y construye una frontera entre la realidad textual y la praxis de las reales dinámicas humanas.